miércoles, 14 de noviembre de 2012


Alfabetización digital


Teniendo en cuenta el avance exponencial de las nuevas tecnologías, se hace necesario llevar a cabo un proceso de "Alfabetización Digital",  tal como lo plantea Aerea Moreira.
Ahora bien, nos preguntamos ¿para qué la alfabetización digital?, ¿con qué objetivos?, entre otras y frente a estos  interrogantes,  el autor plantea   formar sujetos autónomos,  libres y críticos en el ciberespacio.
 Para ellos, propone el abordaje de   "dimensiones competenciales", tales como: instrumental , cognitivo intelectual, socio-comunicacional, axiológico y emocional.
A continuación presentaré un mapa conceptual, a partir del cual se  establece una articulación entre la   "Web 2.0" y la"Alfabetización digital" . Pues creo que  es un tema imprescindible de abordar, si bregamos por un uso crítico y responsable de las Tic.



 Reflexiones críticas frente al uso de la Web 2.0

El concepto  Web 2.0 ha surgido en el año 2004, acuñado por Tim O´Reilly.  
Según Lorenzo Aretio[1], se dice que, si utilizas la Web 1.0 eres antiguo, no social e ignorante en este campo.
Sin embargo, él se pregunta ¿cómo es que creció la Web 2.0?,  la misma  tiene antecedente, pues no surge  de la nada misma.
Si bien en la Web 2.0 podemos crear, interactuar socialmente, expresarnos y participar de otra manera, lo que se plantea es que, en la Web 1.0 también había espacios para la creación, aunque limitada a ciertos sectores o ámbitos de trabajo.
Hay quienes manifiestan que en la Web 1.0 sólo participábamos  como  consumidores, sin embargo, en la Web 2.0  no sólo somos consumidores, sino  que nos convertimos en productores   y creadores. Lo que Beatriz Fainholc [2]llama la  “Webcreatividad”  y, esa creación se hace  con plana libertad.
Ahora bien, Fainholc se cuestiona temas tan importantes como la privacidad, la ética de los derechos de autor, identidad, la autoridad,  etc., que se manipulan en la Web 2.0.
Desde esta  perspectiva , se desmerece el trabajo realizado por la Web 1.o, se plantea: “…como si no hubiera  habido diseños didácticos que provocaran trabajos colaborativos antes de la  Web 2.0…” (Fainholc, B. 2007, p.6)
Frente a esta situación surge la pregunta, ¿la Web 2.0 está Permanentemente actualizada?, ¿qué tipo de información se maneja?, ¿quién controla la fiabilidad de la fuente?.
En este sentido, acuerdo con Fainholc y Aretio  quienes argumentan que el uso de dichas herramientas se realiza  de manera improvisada, no se utiliza en forma meditada  y fundamentada,   con poco profesionalismo, sin  confrontación y con ningún criterio de calidad en general y educativa.
Pero en realidad,   ¿qué es lo que  está permanentemente actualizado?,  “… ¿un excelente blog  periodístico?, un ¿wiki como la re conocida wikipedia? (…) una cosa es la socialización del sitio, la participación, creación (…) y otra el nivel de actualización que este muestre”. (Aretio, L. 2007, p.3)

Beatriz Fainholc sostiene que la avalancha tecnológica  y el avance exponencial de las  TIC inunda y hastía, sacraliza e idealiza, margina y descarta a quien no la posee y usa,  de esta manera,  infotoxica si no se priorizan y evalúan críticamente sus recursos.
Es por ello que la autora  plantea  “…la necesidad urgente de reconocer y desarrollar nuevas competencias…” (Fainholc, B. 2007, p.6)
Creo que el desafío, que se nos plantea como docentes,  es muy arduo,  es necesario ampliar la mirada al respecto del uso de la Web 2.0,  ya que aún hay muchos docentes que desconocen sobre el tema y otros ni siquiera tienen  en claro el porqué de la misma.
Por lo tanto, “…se requieren otros prerrequisitos cognitivos, socio- emocionales y metacognitivos  para poder interactuar mediadamente. Para orientar a los estudiantes, con solvencia intelectual a fin de fortalecer  confianzas en las mediaciones tecnológico-formativas…”  (Fainholc, p.6).
Si bien en las últimas décadas, el avance de las TIC ha sido muy grande e impactante no podemos mirar para otro lado y hacer de cuenta que nada ha pasado, y entiendo que la responsabilidad, no sólo es de los docentes, sino que nos involucra a todos.
Es por ello, que coincido con Aretio Lorenzo y concluyo diciendo que    “Apostamos al cambio que se está viviendo en Internet (…) para un aprovechamiento educativo” (Aretio, L. 2007, p7)

 
                                                         Web2.ojpj











[1]Lorenzo Garcia Aretio, (2007). ¿Web 2.0 o Web 1.0? Ed.  BENED
[2] Beatriz Fainholc, (2007). Necesarias reflexiones críticas frente al uso (y abuso) de la 
Web 2.0


sábado, 27 de octubre de 2012


¿Qué es la ciudadanía?

El concepto ciudadanía se viene hablando desde la modernidad, asociada a la noción de  derechos naturales del hombre como libertad, igualdad ante la ley y el derecho a la propiedad.
 Luis Rigal argumenta que La Ilustración, plantea  la cuestión de la ciudadanía en forma ampliada, es decir, se extiende a los no propietarios, “…La cuestión de la ciudadanía aparece por lo tanto como una cuestión educativa…” (Rigal. L. 2008. P.25.)
 De esta manera,  la escuela adquiere central relevancia para la formación de los ciudadanos.  Según Sandra Carli,  desde la modernidad la escuela  ha buscado la homogeneización, la civilización de sus alumnos, la estigmatización de los sujetos, a partir de los dispositivos de disciplinamiento de los cuerpos, etc. 
En diferentes momentos históricos, el concepto ciudadanía se ha ido modificando.  Es por ello, que en América  Latina entre las décadas de los ‘70 y ’80, surgieron movimientos sociales que al verse afectados en su condición ciudadana, se organizaron para reivindicar sus derechos.
Es durante  los ’90 que  el  movimiento social comienza a complejizarse, más allá de que había un claro intento por parte del  Estado en  mantener a la “ciudadanía  pasiva”, controlada y dentro de un orden social que no altere el statu quo
Sin embargo, se hicieron presente múltiples acciones colectivas con  fuerte resistencia.  Rigal sostiene que se fue construyendo un nuevo concepto de ciudadanía,  “La ciudadanía colectiva”, que dieron lugar a  espacios de lucha, en  reivindicación de los  derechos sociales.
Coincido con el autor, que para  la construcción de una ciudadanía colectiva activa,  es necesario el empoderamiento,  esto significa  que “…existe empoderamiento en la medida que la autonomía que logre el sujeto sea individual o colectivo, redunde en un aumento de su poder para influir en la toma de decisiones centrales de la sociedad en que vive…” (Rigal, L. 2008, p. 37)
 Asimismo se  redefine la noción de democracia, entendida como democracia radical, en la que  desaparece la noción de sujeto meramente individual, y se abre el camino al reconocimiento de  antagonismos  fundados a partir de diferentes posiciones del sujeto.
Se trata de entender a la democracia a partir de la  articulación de diferencias y la  eliminación de todas las formas de subordinación.
Desde esta concepción, se busca  que los ciudadanos  se  organicen colectivamente, desarrollen  una conciencia crítica,  y en este sentido la escuela es central, teniendo en cuenta que la educación contribuye a la formación de ciudadanos y la escuela no sólo debe transmitir contenidos sobre democracia y ciudadanía, sino también recuperar y valorizar  prácticas democráticas  de diversos actores colectivos  como por ejemplo los movimientos sociales.
 Sandra Carli argumenta que la escuela  sigue siendo el lugar de transmisión de una visión del mundo parcial  y arbitraria  que no es la “verdad”, sino una construcción histórica, que de todas manera debe transmitirse con fuerza de verdad.  No obstante, hoy más que nunca  la escuela es un lugar de formación cultural y también de distribución cultural heterogénea, por eso es necesario pensar en procesos y modos de  democratización que contribuyan al real acceso del saber como una forma de politizar los usos del saber.
Si bien la escuela, es concebida como un  espacio  en el que se brinda  a los estudiantes una formación, y preparación particular para el desarrollo en la vida social,  lo fundamental sería dar  poder al sujeto social, estimulando y propiciando espacios de autonomía que contribuyan a fomentar el empoderamiento del que nos habla Luis Rigal. 




premiociudadania.webs.com

lunes, 15 de octubre de 2012

Sujeto Pedagógico


¿Qué tipo de sujeto pedagógico se buscó construir en las últimas décadas en la educación  a distancia?

Para analizar y reflexionar acerca de los distintos sujetos pedagógicos que se han  construido en las últimas décadas en la educación a distancia en Argentina, tomamos los aportes teóricos de Adriana Puiggros quien sostiene que “…La educación como práctica productora de sujetos, es una mediación. Se realiza construyendo un sujeto mediador, que hemos llamado sujeto pedagógico” (Puiggros, A. 1990)
Con él quiero hacer referencia a la relación entre educador y educando, que se encuentra mediada por el Curriculum prescripto, oculto, manifiesto, etc.
En los últimos tiempos la educación a distancia fue construyendo distintos sujetos pedagógicos.
En este breve espacio mencionaré algunos de ellos. Los cuáles se construyeron en  diferentes ámbitos educativos.

   1-    La alfabetización de adultos.  
   2 -    Capacitación docente     
   3-    Ciudadanía universitaria.

1- La alfabetización de adultos
Respecto a la alfabetización de adultos, Roberto Botarini  menciona tres campañas,  en las que dichos  gobiernos implementaron diferentes políticas.
La primer campaña la ubica durante los años 1963-1966 propuesta por el Consejo Nacional de Educación (CNE) se dirige al adulto analfabeto como un sujeto carente, improductivo   “…es necesario inculcarles ciertos conocimientos de un modo mecanicista, instrumental y práctico…” (CNE, 1965, p. 9).
En ningún momento se plantea un tipo de trabajo activo por parte del estudiante, simplemente se reduce a una postura inerte.
Como segunda instancia,  en el año 1968,  se crea la Dirección Nacional de Educación de Adultos   (DINEA). Se advierte en este proyecto una clara tendencia desarrollista, ya que se centra en la importancia de la alfabetización de adultos como uno de los factores esenciales para el desarrollo económico. 
En el año 1973 se advierte un tercer momento. La DINEA organizó la Campaña de Reactivación Educativa para la Reconstrucción  (CREAR). Esta propuesta iba más allá de  la eliminación del analfabetismo, sino que se vinculaba en un proyecto político
y educativo que buscaba la recuperación de la cultura popular y la  liberación nacional.
Es desde esta perspectiva, que la educación de adultos cobra sentido. Se promueve una mirada crítica, la reflexión,  y la creatividad,  unidos por un  proyecto de transformación de la realidad. 

2- Capacitación docente
Durante la década de los ´80 comenzaron a surgir varios programas de perfeccionamiento docente, como el EMER (Expansión y Mejoramiento para la Educación Rural. En la provincia de Neuquén se llevó a cabo un Curso de Perfeccionamiento para Maestros de Escuelas de la Comunidades Mapuches, con la modalidad de Educación a distancia, que mediatizando la mayor parte del tiempo, permite superar problemas de espacio y tiempo en otras.
Según Marta mena (1987) en la década de los ’80 el modelo predominante de la educación a distancia se circunscribía al tecnicista: que reducía a los docentes a sujetos aislados, considerados receptores de productos prederterminados, que debían decodificar información solos, para luego aplicarla a la realidad en que viven sin ningún tipo de  cuestionamiento. Se realizaba un tratamiento de la información descontextualizado,  y despojado de la realidad en la que se encontraban los sujetos a los que se capacitaba. 
Durante  en la década de los ’90 y con el retorno a la democracia, se elabora en la provincia de Neuquén el Plan Educativo Provincial (PEP)
a diferencia del EMER este es un proyecto presentaba claros contrastes. Se presentaba como un modelo crítico, que concebía a su destinatario como sujeto activo, problematizador e investigador de su propia práctica y del entorno en el que trabajaba.
A través de los materiales impresos, se buscaba tener otro tipo de comunicación con los destinatarios, fomentar la reflexión de los docentes que se capacitaban, que los mismos conocieran la historia y la cultura del pueblo mapuche,  a fin de adecuar su interacción con los estudiantes y la comunidad. Mientras que en el EMER la regionalización no incorporaba   la cultura mapuche al contenido curricular, este nuevo proyecto si lo hacía.
Claramente se trata de un proyecto que tiene en cuenta al otro.

3-Ciudadanía universitaria
Como he señalado en el apartado anterior durante de la década de los ’90 se produce cambios notorios en la comunicación y la relación pedagógica en los cursos de capacitación docente en  educación a distancia. Desde de un enfoque crítico,  los destinatarios son considerados sujetos activos, autónomos y  capaces de tomar decisiones respecto de su propio proceso de aprendizaje.
En el año 1994 la Universidad Nacional de Cuyo crea un programa de actualización docente y crea  un posgrado de  especialización en  docencia universitaria con modalidad semipresencial. El cual busca sustituir las formas tradicionales de enseñanza por formas de auto e  interaprendizaje.
Este proyecto metodológicamente busca un aprendizaje centrado no sólo en la oferta de los textos, sino en la experiencia de y la disciplina de cada participante. “…El eje pasa por la comprensión, más que por la acumulación y repetición de información…”(UNCU,1994,  “carrera de posgrado en docencia universitaria,” p.5).
Estamos ante un claro proyecto democratizador, que tiene en cuenta a sus interlocutores y la voz del estudiante.
Por otro lado, el proyecto de la Universidad Nacional de Salta se encuentra destinado a estudiantes de escuelas secundarias, y  apunta a una articulación entre el nivel medio y la universidad, a través de  un curso preuniversitario a distancia.
Busca problematizar el conocimiento, plantear discusiones en los estudiantes. Como así también dar a conocer el surgimiento de la universidad y su funcionamiento.
 Teniendo en cuenta lo que significa para un estudiante que está culminando sus estudios secundarios  y  el cambio de nivel formativo, es maravilloso que este proyecto tenga en cuenta a los jóvenes y   los acompañe en esta nueva etapa de la vida.
Lo que claramente se vislumbra en la década de los ’90, es  un cambio respecto a la década de los ’70 y 80,  en el enfoque del sujeto pedagógico;  ya que en los ’90 se estaba  pensando un sujeto activo, autónomo, crítico,  reflexivo, y protagonista de su propio proceso de aprendizaje.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Taller III: Carta a un compañero/a


Estimado compañero/a:


Mi nombre es Mónica Treyer, soy estudiante de la carrera de Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Luján y  quiero compartir contigo mi vivencia acerca   de cómo ha sido mi  participación en la sociedad, y en  las distintas instituciones en las que me he ido formado. Es decir,   cómo fui tomando parte y de qué manera fui interviniendo.Para comenzar quisiera hacer referencia a la definición “Participación” que se traza en el diccionario de la Real Academia Española. “Es la acción y efecto de participar tomar o recibir  parte de algo. Compartir, tener las mismas ideas”.
Desde mi punto de vista  creo que existen diferentes maneras de participar. Podemos hablar de “pseudo participación” y de “participación real” entre otras.Al hacer referencia a la “pseudo participación” entiendo que se trata deUna supuesta participación, participación aparente, inexistente, o  falsa.Cuando inicié la escuela primaria a principios de  la década de los ´90 recuerdo no haber tenido participación real en la toma de decisiones en cuanto al proceso de enseñanza- aprendizaje, ni en el funcionamiento general en la institución. Mi participación se veía reducida solamente a responder a los estímulos y consignas de la docente a cargo.Nueve años después (2000)  cuando ingreso al nivel secundario por ese entonces llamado “Polimodal”, no ocurrieron grandes cambios al respecto, todo seguía igual. Solo participaba de alguna actividad en la institución cuando los docentes lo proponían, de lo contrario mis días transcurrían en acatar las normas y/o consignas instituidas.No obstante, hasta  ese momento de mi vida, yo creía que era partícipe en la institución educativa, porque portaba la bandera, participaba de los actos escolares y  de algunas propuestas en clases.Luego,  al cumplir los 18 años de edad, estaba en condiciones de llevara a cabo  mi deber cívico en la sociedad, estaba preparada para  participar política y democráticamente, para  elegir  a mis representantes a partir de la emisión del sufragio universal, secreto y obligatorio.A pesar de estar  en condiciones de votar y de elegir quienes serían los que me representarían en el gobierno argentino, no tenía idea de a quiénes iba a votar y porqué. En el año 2003 voté por primera vez  y fue para mí muy importante, ya que veníamos de atravesar como argentinos una de las crisis más fuertes de nuestra historia.  Sin embargo, no tenía plena conciencia de a quién había elegido y porque, simplemente  en ese momento me dejé llevar por el sentido común, y  lo que escuchaba en mi entorno cotidiano. Es así cómo viví mi primera experiencia electoral.En el año 2004 ingreso a la carrera Ciencias de la Educación, creo que como todo ingresante, no sabía nada, era un mundo nuevo que tenía que conocer.Recuerdo que en una de las primeras clases en la UNLu,  se acercaron unos estudiantes del Centro de estudiantes de Ciencias de la Educación, los cuáles hablaban acerca de las políticas sociales de ese momento, juntamente con las problemáticas que se manifestaban en la universidad, los cuales dejaron una invitación para participar de una asamblea abierta en la que se discutirían los temas antes mencionados.Es en el ámbito académico y universitario donde por primera vez pude tener otra visión de sociedad, me pude ver como sujeto político e histórico  capaz de modificar el presente. Como decía  Paulo Freire “la Educación no cambia al mundo, cambia a las  personas que van a cambiar al mundo”.
Fue en la universidad donde empecé a darme cuenta que realmente podía   participar y donde por primera vez sentí que podía hacer escuchar mi voz.  Es en este lugar  donde docentes comprometidos con sus prácticas fueron generando  espacios de participación  en el que los estudiantes podíamos ser realmente escuchados, pues  teníamos mucho para decir y compartir.Sin embargo, no  todos los docentes Universitarios favorecieron espacios de participación para debatir reflexionar sobre cuestiones que nos atañen como estudiantes y sujetos políticos. Todavía seguía presente una concepción tradicional de la enseñanza, en la que el docente se limita a enseñar su contenido y donde los alumnos se consideran  tabla rasa en la que se depositaba el conocimiento.No obstante, me atrevo a decir que no todo está perdido, y que hay mucho camino por recorrer, simplemente es necesario tomar la decisión de comprometernos como estudiantes,   sujetos sociales y  futuros Lic. en Ciencias de la Educación en la que una verdadera y real participación es posible.